Las Navidades son una de las fiestas más esperadas a lo largo del año por millones de personas por la emotividad y expectación que atesoran. Sin embargo, la emoción propia de la celebración trae consigo la explosión de multitud de petardos y otros productos pirotécnicos que convierten un momento de felicidad en una auténtica pesadilla para nuestras mascotas.
Esto es lo que sufre cada año Norte, un border collie que esta Nochebuena no pudo soportar más el ruido generado por este tipo de artículos y se escapó de su casa en Madrid, lo que podría haberle costado la vida. Estuvo tres días perdido, y sus dueños pudieron encontrarlo gracias a la ayuda de decenas de personas en redes sociales que iban avisando a su dueña de dónde lo veían.
El estruendo de los petardos es, para ellos, como si escucharan el de una bomba, pues su sensibilidad auditiva es tres veces mayor que la nuestra, pudiendo llegar a percibir sonidos casi imperceptibles.